viernes, 6 de julio de 2012

MISERÍA HUMANA VI: "UN SEXO DE PELOS"

*Ramiro, estaba en su computador chateando con la, hasta ahora desconocida, *Juliana. La foto la hacía ver una mujer sensacional, con piel canela, cabellos rizados, labios carnosos, ojos color miel… Una foto que había sido tomada por ella misma con su celular y en una pose muy coqueta, por lo que Ramiro no dudó en aceptarla como contacto en su Facebook, a pesar de que solo tenían un amigo en común que él no recordaba muy bien. El chat se había prolongado por varias horas hasta el punto que Ramiro, desinhibido por las 3 cervezas que se había tomado y con la necesidad imperante de sexo que tenía desde hacía 17 meses y 5 días, decidió invitarla a salir el fin de semana. Ese sábado, tras una interminable espera a que llegara el día y después de revisar 53 veces el Facebook para cerciorarse de que Juliana era una mujer bella, Ramiro esperaba en Salitre Plaza a que llegara su nueva conquista. 15 minutos después de ver decenas de mujeres pasar, Ramiro se dio cuenta de que necesitaba un Plan B por si Juliana resultaba no ser la mujer de la foto y decidió esperar en la esquina opuesta para ver cuando llegara. En el momento preciso en el que Ramiro comenzó a alejarse, Juliana apareció de la nada y lo saludó efusivamente… SÍ ERA LA DE LA FOTO, pero no era tan bonita como parecía en su foto de perfil, unos ojos no tan claros, un cabello medio grasoso y unos labios más bien pequeños... Todo parecía haber sido retocado por photoshop, además de un cuerpo desgarbado y sin gracia y unas botas tacón puntilla con tela de tigre y sucias de polvo terminaron por convencerlo de los milagros que hacían las redes sociales. Sin embargo, Ramiro evaluó 2 segundos la situación (sobre todo su prolongado verano) y prefirió seguir con su ritual de asedio en un cine del centro comercial. Ramiro aprovechó las sonsas escenas de Crepúsculo para sacar a Juliana de un estado ensimismado provocado por el actor principal, y comenzó a besarla con pasión. Luego en un bar cercano, las cervezas obtenían el efecto deseado y Juliana se parecía cada vez más a la imagen mental que tenía Ramiro de su perfil de facebook, nuevamente era la mujer más "buena" del mundo. Las hormonas hicieron el resto y terminaron en un motel del occidente de la ciudad, jugando primero a la Coconitómbola y luego postrados en una cama, dispuestos a tener sexo salvaje y cochino. Ramiro, totalmente excitado, comenzó a quitar con afán la ropa de Juliana… Primero las botas de tigre, luego unas medias tobilleras, en seguida el jean descaderado, después la blusa ombliguera para finalmente llegar a la ropa interior… Ramiro retiró el brasier con suavidad y comenzó a besar y acariciar los senos de Juliana, sentía que iba a explotar, que no aguantaba más… Hasta que sus labios rozaron con lo que, creyó, era una hebra de la blusa… Intentó retirarlo con sus dedos mientras seguía con los ojos cerrados besando todo el cuerpo de Juliana… De repente un “ayyy”, lo alertó para traerlo a la realidad. No era una hebra, realmente era un fino pelo "chuto" que brotaba del pecho de Juliana y se prolongaba 5 centímetros cuando se estiraba. Ramiro estuvo, literalmente, a un pelo de vomitar, pero sus necesidades sexuales predominaron sobre sus escrúpulos. Tragó saliva, rodeó el pelo con sus dedos para alejarlo de su boca y continuó besando, claro, con menos pasión y más asco. Un par de minutos después, mientras Ramiro todavía sentía la garganta como invadida por el colosal pelo y con una abrumadora necesidad de bañarse con estropajo; Juliana extasiada por el sexo y adormecida por las cervezas, lanzó una frase que sentenció la vida del joven: “Nunca me vayas a olvidar”… Evidentemente, aunque jamás volvieron a hablar otra vez, Ramiro NUNCA pudo olvidar a esa mujer, cuyo pelo en la teta hoy recordamos en este blog. *Nombre ficticio para proteger la identidad de los protagonistas de esta historia.

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