jueves, 4 de octubre de 2012

DE AQUELLAS SERIES OCHENTERAS DIFÍCILES DE OLVIDAR (NO RECOMENDADO PARA MENORES DE 30 AÑOS)



Hoy me referiré a esas series que transmitían cuando era un “pelao” que comía gudiz, jugaba “cuca patada” y quemaba chispitas mariposa. Que disfrutaba con esa generación que todavía tenía tatuada una vacuna inverosímil en su brazo izquierdo y se abría la lengua por lamer el envase altamente peligroso de Lechera. Una última generación sin paranoia crónica y sin cuidados excesivos.

Y bueno, aunque algunas de estas series eran más viejas de lo que parecían, la limitada información del exterior (léase: la falta de Internet) nos hacía pensar que eran programas recién saliditos de la productora, cuando era probable que llevaran años en las canecas de FOX, NBC, ABC y CBS.

Como son tantas y la senilidad ya me impide utilizar mi memoria de largo plazo por periodos extensos, espero la colaboración de todos los contemporáneos para hacer más entregas sobre este tema con la amplitud que merece.

Comencemos pues…

Batman: Mi héroe favorito (aunque no por la serie, claro está). Aunque es de los 60’s, crecí con este programa que, entre otras cosas, nos enseñaba a hablar con la gente mientras escalamos edificios, a bailar para enfrentar villanos y a utilizar frases traídas de los cabellos en los momentos más críticos. Recuerdo una escena en la que Batman y Robin están a punto de morir y al “joven maravilla” se le sale un “repámpanos” por la situación extrema en la que se encuentran… El enmascarado, con una tranquilidad pasmosa, lo increpa de la siguiente manera: “Ten cuidado Robin, ni siquiera en estos momentos podemos perder la sensatez y las buenas costumbres”… GRANDE ADAM WEST!

Una de las trampas "imposibles" a la que fueron sometidos los paladines (o payasines) de la justicia:





El hombre nuclear/La mujer biónica: Con un Lee Majors muy joven, esta serie narraba las aventuras de un astronauta que sufría un terrible accidente y era reconstruido por alguno de esos ultra secretos departamentos del Gobierno con partes cibernéticas que le otorgaban habilidades extraordinarias para correr, saltar, ver, etc. La historia de ¿su prima? Jaime Sommers era similar, pero en lugar de súper vista, tenía un súper oído para descifrar cajas fuertes y “chismear” al vecino. Seguramente todos recordarán el sonido que hacían estos dos personajes cuando utilizaban alguna de sus habilidades… Claro y pa’ simular que corrían rápido les tocaba poner todo en cámara lenta (la recursividad a flor de piel, no como ahora, carajo!).

¿Recuerdan el sonido nuclear?




La mujer maravilla: Personificada por la hermosa Linda Carter, esta Amazona recurría a una serie de vueltas medio pendejas para transformarse, de una conservadora secretaria ejecutiva, en una súper sexy heroína. Debo aceptar que Linda Carter fue mi primer amor platónico y la culpable de que comenzara a venerar las bonitas piernas femeninas. Muchos años después y con lástima, llego a pensar que, en más de una escena peligrosa, esas bonitas extremidades podían pertenecer a un doble mechudo con las piernas afeitadas.

Ufff, la linda... Carter




V, la batalla final: Esta serie sobre unos extraterrestres con forma de lagarto que querían robar el agua de la tierra y alimentarse de humanos, era de las pocas que tenía la osadía de matar a sus personajes principales… ¿Cuántos amigos de Donovan (Marc Singer) murieron durante la serie? Me acuerdo mucho del “bar tender” Willy (Robert Englund… sí señores, el mismísmo y clásico Freddy Krueger). Pero, sin dudarlo, la escena que más recordamos es cuando la jefe de los lagartos, Diana, (Jane Badler), abre de par en par “la tarasca” para comerse una rata del tamaño de una pepa de mango.

La susodicha escena (y no eran efectos del Chavo)




Los magníficos: La serie favorita para muchos de mis amigos. Narraba las aventuras de cuatro ex soldados de las fuerzas especiales de Estados Unidos que eran acusados injustamente “por un crimen que no cometieron” (preocupante que este argumento se volvió un ítem recurrente para toda clase de delincuentes reales). Aníbal (Geoge Peppard +), Fas, Murdock y Baracus en su híper reconocida camioneta negra, luchaban contra toda clase de briboncillos y maleantes. Lo mejor del asunto es que nunca, en ningún capítulo de la serie, y a pesar de las toneladas de balas disparadas y cientos de granadas lanzadas, había muertos. 

Dato que hacía delicias entre el público infantil y que nunca se olvidará: El nombre de la actriz de la serie, Melinda Culea









Automán: Un programador informático crea una especie de hombre-holograma capaz de combatir el crimen con sus habilidades y con un auto que viajaba a velocidades imposibles, dando las curvas con un giro seco de 90 grados. Sin embargo, el personaje destacado era un poliedro altruista y morboso que no desechaba oportunidad para mirar escotes y faldas conocido como cursor, y que era el encargado de diseñar todos los “jugueticos” de automán sin recibir retribución alguna. La serie en Estados Unidos fue un fracaso y tuvo muy pocos episodios (al igual que Manimal), reforzando la idea de que los gringos “nos venden lo más maluco”.

Pobre cursor, incomprendido y subestimado...



El auto fantástico: Michael Knight y su impresionante automóvil, más conocido como Kitt, un carrito negro con sentimientos, voz y voto. Realmente no era mucho lo que le aportaba Michael (David Hasselhoff), tal vez un par de peleas a puño limpio con algún mequetrefe de medio pelo; pero el que se robaba el show indiscutiblemente era el buen Kitt, siempre presto a salvar a su amigo de los mil “rollos” en los que se metía. Al igual que cursor, otro personaje subestimado por sus dueños.

"Estoy en problemas, Kitt. Ayúdame!"... -"No jodás, Michael ¿Otra vez?.. 







Manimal: El doctor Jonathan Chase (Simon Mckorkindale +), hereda de su padre los oscuros secretos que separan al hombre del animal y al animal del hombre!!! Carajo, en mi infancia me soñé cientos de veces convirtiéndome en algún bicho peligroso… Sin embargo, el doctor Chase (imagino que por el limitado presupuesto de la serie), era bien monotemático y terminaba eligiendo siempre a los mismos animales entre millones de opciones… Águila y pantera (en algo me recordaba a los gemelos fantásticos, cuyos poderes siempre utilizaban para convertirse en un marica bloque de hielo y un halcón improductivo). Pregunta para el fanático: ¿Cómo putas hacía Manimal para convertirse de animal a hombre y no quedar en bola?

Hombre Manimal, conviértase en algo diferente mijo ¿Otra vez pantera o águila?...
 





Profesión peligro: Colt Seavers (Lee Majors), fue uno de los personajes preferidos de mi infancia. Un doble de cine y caza recompensas a la vez, que resuelve los casos más complicados con ayuda de un primo inútil Howie y una rubia despampanante Jodie, que terminó por volverse un ícono de la pornografía ochentera (Heather Thomas), desgraciadamente, mi amor por ella fue inversamente proporcional a sus apariciones en playboy (era muy pequeño para entender que ningún trabajo es deshonra). Otro elemento inolvidable: La pick up café de Colt.

Esa Heather Thomas estaba más buena... Oiga...


La pequeña maravilla: Un ingeniero robótico debe ocultar los verdaderos poderes de su hija, ¡que en verdad es un cyborg! Debo confesar que esta no era de mis series favoritas, sobre todo por el fastidio que me causaba la presencia de la niña vecina Harriet y sus 150 mil pecas… Este programa también causó trauma en las niñas llamadas “Yeimi”, que veían con sorpresa que el niño de la familia se llamaba igual.

Niña de pecas casi siempre es "changuita"...




Dinosaurios: Estos personajes eran como una especie de Simpsons prehistóricos o Picapiedras reptiles. Earl era un dinosaurio asalariado con una familia disfuncional. Sin embargo, el personaje favorito de la mayoría (no el mío, pues siento cierta antipatía hacia los personajes infantiles, a menos que sean sufridos) era un bebé dinosaurio que siempre repetía “No la mamá” para molestar a su padre y “Otra vez”, cada vez que lo lanzaban por los aires o lo golpeaban.

Ese bebé sí que era cansón,oiga! Tengo un amigo que se parece a él...

  



Alf: Venido de Melmac, este pequeño extraterrestre peludo con muchas mejores intenciones que los de “V”, divertía con sus planes infructuosos para comerse al gato (“Suertudo, como él mismo”). Una de sus frases quedó en la memoria de la generación: “No hay problema”, que lanzaba antes de cometer un “cagadón” peor. 

Sí hay problema...



Menos mal en nuestra época no había Internet y, por eso, no llegamos a conocer al horrible enano húngaro bajo ese buen disfraz para no dejar de sentir aprecio por este pequeño extraterrestre peludo.




En próximas entregas, recordaré series como Riptide, Paraíso, Patota, Sledge Hammer, etc... Lo que hay es material!